jueves, 19 de noviembre de 2009

bajo el velo de Jupiter

Bajo el cielo gris corren sin rumbo personajes de cartón, ojos ciegos y labios sin palabras. pero un día un tirano a uno le dio un corazón....desde entonces fue diferente, ya sus ojos no eran ciegos y por primera vez sus labios tenían palabras, de hecho muchas, pero no solo eso sino también música...pero esta no era música para muñecos de cartón....cada nota tenía sangre viva, todas sus melodías bombeaban el fulgor del mundo aterrador que les rodeaba, de cómo las ninfas perversas succionaban las ideas de los muñecos de cartón, como las musas embriagaban a los muñecos mas débiles para tener un poco de diversión y devoraban el mas mínimo vestigio de vida a su alrededor.....y solo estaba yo para oír tan hermosa melodía, su desafinado instrumento....para oídos de muñecos de cartón seria la peor melodía que podría acompañar aquella burda obra de teatro (burda pues todos estaban sometidos a un guion que no era escrito por ellos, y tan cobardes eran los actores que no podían vivir por ellos mismos), pero la melodía era hermosa, era DIFERENTE era lo que los ojos de su autor querían gritar, mejor aún era suya, tan suya que tenía que ser diferente.
pero como lo dije las musas enfermas querían la sangre con vida de aquel ser, querían encadenar su alma a un cementerio y ofrecer a los dioses su instrumento a cambio de más sangre......y así le vi morir a él, así vi sus ojos perdidos en un mundo gobernado por el horror, así vi su sangre satisfacer las más temibles pesadillas. Porque las musas no han venido por un ser con ojos que ven y labios que la verdad entre el viento pueden narrar.....porque desde hace mucho tiempo la narradora está muerta, pues con su corazón es ella quien a las pesadillas del lugar alimenta.

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