y empieza a caer el sol mientras un ángel me lleva hasta el rincón más oscuro, del más espeso bosque...donde la desesperación hace brujería, donde los niños vidas quitan, donde mi corazón se convierte en final perfecto para la sinfonía del lugar, amenazando fragmentar la escena y llenar el paisaje de sangre....entonces el ángel se detiene y el mas gélido viento crea un abismo entre nosotros, un abismo infinito donde no hay lugar para mis sueños, ¡donde no hay lugar para vos!...pero además permite que una hoja forme una grieta en nuestro cielo, en nuestro profundo y triste cielo, dejando entrar una lagrima de luna, que al llegar hasta el personaje aquel le obliga a deshacerse de su máscara y reducirse en cenizas, mientras la luna hace arder mis ojos, obligándome a arrancar mi corazón....tal vez solo yo, tal vez solo vos, pero prefiero perderme entre pasillos frenéticos al tiempo que la noche me ofrece una copa de veneno, que vender mi alma a la espera bajo el muerto cielo de esta cruda ciudad.
Cindy Zuluaga Ramírez